«….No perdamos nunca la fuerza de la oración. La fuerza para decir a Dios: Señor, concede tu paz al mundo entero. Y también a los no creyentes les invito a desear la paz, con un deseo que amplía el corazón, con la oración o el deseo, pero todos por la paz.» PAPA FRANCISCO (Bendición Urbi et orbe, 25 de diciembre de 2013).
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